La cultura Moche o mochica es una cultura del Antiguo Perú que se desarrolló entre los 300 AC a los 700 DC.
Esta cultura alcanzó un amplio conocimiento en ingeniería hidráulica. Así lo manifiesta la construcción de canales. Donde aprovecharon al máximo las aguas de los ríos para la irrigación de sus tierras. Esto les permitió contar con excedentes agrícolas y una sólida economía para su desarrollo. Caracterizándose también por hacer un uso intensivo del cobre en la fabricación de armas, herramientas y objetos ornamentales.
Fueron considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo gracias al fino y elaborado trabajo que realizaron en sus cerámicos. En ellos representaron a divinidades, hombres, animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción del mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y realismo con que los dotaban.
lunes, 15 de febrero de 2010
La cultura Nazca fue una civilización indígena que surgió en la época preincaica en tierras peruanas, en la provincia de Nazca de la Región Ica. A orillas del río Aja, se encontraba la capital, Cahuachi. Esta cultura surge en el siglo I de esta era y entra en decadencia en el siglo VI.
Su área de influencia por el norte fue hasta Pisco, por el sur hasta Arequipa y por el este hasta Ayacucho. Hasta el siglo VI d. C., aumentaron sus contactos con la zona andina, llegando inclusive hasta las zonas altas de Ayacucho. Este contacto tuvo especial importancia en la formación del Estado Wari.
Un aspecto impresionante de los Nazca es su cerámica policromada, con figuras de hombres, animales, plantas, etc y sus enormes e increible geoglifosnazcalinea . En muchas de estas cerámicas, se representan a hombres mutilados. El trabajo en metales era inferior a los hechos en Chavín de Huántar, pero tenían estilo propio. El arte textil floreció tanto como en la época de los Paracas.
Lo más impresionante de esta civilización son los trazos efectuados por los Nazca en las Pampas de Nazca y en otros sitios de la costa sur del Perú. Los trazos conocidos como Líneas de Nazca se ubican en una zona geográfica con pocas precipitaciones, lo que demuestra conocimientos de geografía y meteorología. Como dato sumamente interesante y que refuerza la teoría del conocimiento meteorológico de los Nazcas.
A unos treinta kilómetros de la ciudad de Nazca se halla el Cementerio de Chauchilla. Una necrópolis al aire libre en la que a pesar de los saqueos todavía se pueden ver momias en buen estado de conservación así como restos de cerámica.
La economía nazquense estaba basada en la agricultura y ésta fue intensiva y un ejemplo a la posteridad de cómo resolver el problema de tierras eriazas en la costa. El estudioso Antonio Raimondi sobre esto, dijo: “En el subsuelo de Nazca existe agua subterránea, pero, hallándose ésta a la profundidad de 4 o 5 metros, no puede servir para el riego de los terrenos. El río, comúnmente sólo tiene agua corriente durante 40 días en el año; de manera que, por más de 10 meses, Nazca carecería de agua si no fuera por los trabajos emprendidos por los antiguos indios”. Los principales cultivos de Nazca, fueron: maíz, frijol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae y algodón.
Los antiguos nasquenses, construyeron acueductos para poder tener agua durante todo el año; obras que por otro lado debieron significar un gran esfuerzo físico, organizado y dirección técnica de ingenieros hidráulicos. Sus tomas se encuentran en las alturas de Nazca y toman por infiltración las aguas subterráneas para llevarlas a la ciudad. Los acueductos más importantes, son: Ocaña, Matara, Uchulla, Tejeje, Bisambra, Aja, Curve, Llícuas, Soisonguito, Copara y la Achirana.
Origen y desarrollo
Se dice que la cultura Nazca tuvo su origen proveniente de la cultura Paracas, pero los Nazca fueron un pueblo que desarrolló más la cerámica que la textilería. También se dice que los Nazca y Paracas convivieron durante algún tiempo. Nazca no tuvo un gobierno unificado, siendo así la unión de asentamientos por la zona fértiles del territorio Nazca. Como asentamiento más importante se encontraba Cahuachi, el cual era un conjunto de pirámides de adobe, plataformas y plazas. Allí los habitantes de distintos grupos se reunían durante períodos para celebrar fiestas ceremoniales. La decadencia ocurrió hacía el año 600 d. C. Se cree que el desierto avanzó rápido a los asentamientos Nazca, y que el centro más importante de Nazca (Cahuachi) perdió su religiosidad. Durante su existencia intercambió productos con diferentes culturas, construyendo así lo que seria una red de comercio entre Nazca, Warpa y otros.
Agricultura
La economía en Nazca se basaba en la agricultura, y ésta fue intensiva y un ejemplo a la posteridad de cómo resolver el problema de tierras eriazas en la costa.
Antonio Raimondi dijo: “En el subsuelo de Nazca existe agua subterránea, pero, hallándose ésta a la profundidad de 4 o 5 metros, no puede servir para riego de los terrenos. El río, comúnmente sólo tiene agua corriente durante 40 días en el año, de manera que, por más de 10 meses Nazca carecería de agua si no fuera por los trabajos emprendidos por los antiguos indios”.
Construyeron más de cuarenta acueductos, que se limpiaban por medio de unas construcciones llamadas ojos de agua, todo esto para poder tener agua todo el año, y así poder desarrollar una agricultura sólida. Las obras de acueductos debieron significar gran esfuerzo físico, organizado y dirección técnica de ingenieros hidráulicos. Sus tomas de agua provenían de las alturas de Nazca y también (por infiltración) de las aguas subterráneas.
Los principales cultivos fueron: maíz, fríjol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae, pallares y algodón. Con este último desarrollaban sus tejidos y vestimenta.
Su área de influencia por el norte fue hasta Pisco, por el sur hasta Arequipa y por el este hasta Ayacucho. Hasta el siglo VI d. C., aumentaron sus contactos con la zona andina, llegando inclusive hasta las zonas altas de Ayacucho. Este contacto tuvo especial importancia en la formación del Estado Wari.
Un aspecto impresionante de los Nazca es su cerámica policromada, con figuras de hombres, animales, plantas, etc y sus enormes e increible geoglifosnazcalinea . En muchas de estas cerámicas, se representan a hombres mutilados. El trabajo en metales era inferior a los hechos en Chavín de Huántar, pero tenían estilo propio. El arte textil floreció tanto como en la época de los Paracas.
Lo más impresionante de esta civilización son los trazos efectuados por los Nazca en las Pampas de Nazca y en otros sitios de la costa sur del Perú. Los trazos conocidos como Líneas de Nazca se ubican en una zona geográfica con pocas precipitaciones, lo que demuestra conocimientos de geografía y meteorología. Como dato sumamente interesante y que refuerza la teoría del conocimiento meteorológico de los Nazcas.
A unos treinta kilómetros de la ciudad de Nazca se halla el Cementerio de Chauchilla. Una necrópolis al aire libre en la que a pesar de los saqueos todavía se pueden ver momias en buen estado de conservación así como restos de cerámica.
La economía nazquense estaba basada en la agricultura y ésta fue intensiva y un ejemplo a la posteridad de cómo resolver el problema de tierras eriazas en la costa. El estudioso Antonio Raimondi sobre esto, dijo: “En el subsuelo de Nazca existe agua subterránea, pero, hallándose ésta a la profundidad de 4 o 5 metros, no puede servir para el riego de los terrenos. El río, comúnmente sólo tiene agua corriente durante 40 días en el año; de manera que, por más de 10 meses, Nazca carecería de agua si no fuera por los trabajos emprendidos por los antiguos indios”. Los principales cultivos de Nazca, fueron: maíz, frijol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae y algodón.
Los antiguos nasquenses, construyeron acueductos para poder tener agua durante todo el año; obras que por otro lado debieron significar un gran esfuerzo físico, organizado y dirección técnica de ingenieros hidráulicos. Sus tomas se encuentran en las alturas de Nazca y toman por infiltración las aguas subterráneas para llevarlas a la ciudad. Los acueductos más importantes, son: Ocaña, Matara, Uchulla, Tejeje, Bisambra, Aja, Curve, Llícuas, Soisonguito, Copara y la Achirana.
Origen y desarrollo
Se dice que la cultura Nazca tuvo su origen proveniente de la cultura Paracas, pero los Nazca fueron un pueblo que desarrolló más la cerámica que la textilería. También se dice que los Nazca y Paracas convivieron durante algún tiempo. Nazca no tuvo un gobierno unificado, siendo así la unión de asentamientos por la zona fértiles del territorio Nazca. Como asentamiento más importante se encontraba Cahuachi, el cual era un conjunto de pirámides de adobe, plataformas y plazas. Allí los habitantes de distintos grupos se reunían durante períodos para celebrar fiestas ceremoniales. La decadencia ocurrió hacía el año 600 d. C. Se cree que el desierto avanzó rápido a los asentamientos Nazca, y que el centro más importante de Nazca (Cahuachi) perdió su religiosidad. Durante su existencia intercambió productos con diferentes culturas, construyendo así lo que seria una red de comercio entre Nazca, Warpa y otros.
Agricultura
La economía en Nazca se basaba en la agricultura, y ésta fue intensiva y un ejemplo a la posteridad de cómo resolver el problema de tierras eriazas en la costa.
Antonio Raimondi dijo: “En el subsuelo de Nazca existe agua subterránea, pero, hallándose ésta a la profundidad de 4 o 5 metros, no puede servir para riego de los terrenos. El río, comúnmente sólo tiene agua corriente durante 40 días en el año, de manera que, por más de 10 meses Nazca carecería de agua si no fuera por los trabajos emprendidos por los antiguos indios”.
Construyeron más de cuarenta acueductos, que se limpiaban por medio de unas construcciones llamadas ojos de agua, todo esto para poder tener agua todo el año, y así poder desarrollar una agricultura sólida. Las obras de acueductos debieron significar gran esfuerzo físico, organizado y dirección técnica de ingenieros hidráulicos. Sus tomas de agua provenían de las alturas de Nazca y también (por infiltración) de las aguas subterráneas.
Los principales cultivos fueron: maíz, fríjol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae, pallares y algodón. Con este último desarrollaban sus tejidos y vestimenta.
EXPANSIÓN TERRITORIAL
Por el norte hasta los Andes Ecuatorianos y por el Sur llegaba hasta parte de los territorios de Bolivia, Chile y Argentina.
En el período conocido como formativo del mundo andino, se conoce a Chavín por la unificación cultural, producto y resultado de la difusión religiosa. Este se extendió por los actuales departamentos de Ica, Lima, Ancash, La Libertad, Piura, Cajamarca, Ayacucho y Huánuco. Su existencia data desde el año 1500 a. C. al 500 aC.
Su economía estuvo basada en la agricultura, apoyada por el intercambio y la domesticación de nuevas plantas; bajo este desarrollo de la tecnología agrícola, originó especialistas que predecían si hubiese buenas o malas cosechas, éste nuevo grupo de personas establecieron la división de clases sociales en dos grupos: los campesinos y los especialistas, el trabajo de estos últimos se manifestaba como fuerzas divinas donde ellos eran solo mediadores; por lo que vivían en los centros ceremoniales y dependían de los campesinos, esto se expresaba en él mantenimiento de los especialistas con el excedente productivo de los agricultores a manera de tributos u ofrendas.
Al mismo tiempo, el excedente productivo permitió intercambiar productos; ello se realizaba en lugares determinados dando lugar a zonas de integración donde se entremezclaban diferentes manifestaciones culturales, una de estas zonas debió de ser el templo de Chavín de Huántar; lugar donde se unían las rutas de la Costa, sierra y selva.
La religión en Chavín se habría influenciado por elementos selváticos manifestados en sus esculturas los cuales llaman la atención con sus muestras en la que se representan de seres sobrenaturales, que recogían rasgos felinos (jaguar y puma) y de diversas aves andinas como el águila, el cóndor y el halcón además, caimanes y serpientes etc. En cuanto a la arquitectura se difundió por todo el territorio, caracterizándose por las estructuras en forma de "U", plataformas, pirámides truncas, plazas rectangulares hundidas y pozos circulares.
La cerámica fue casi siempre monocroma, modelada pulida y decorada con incisiones, aplicaciones, líneas etc. La forma más común fue la vasija de cuerpo globular con asa estribo y gollete cilíndrico. Conocieron el oro, la plata, el cobre y posiblemente algunas aleaciones. Para fundir los metales debieron emplear hornos de arcilla y carbón vegetal; las técnicas empleadas fueron: la cera perdida, el labrado, el repujado y la incisión. Los objetos metálicos hallados actualmente son: herramientas, adornos corporales, objetos rituales y armas.
CERAMICA
En 1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra, oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que ésta se parecía a la que Max Uhle había hallado en Supe y en Ancón, atribuida a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle de Chicama, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las litoesculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra próxima al río Marañón: Chavín de Huántar. Luego de la década de 1920 comenzaron a aparecer evidencias de cerámica oscura e incisa en otros lugares de la costa y la sierra del Perú, que fue denominada erróneamente Chavín o chavinoide. Este hecho generó una gran confusión, pues, como se reveló durante la segunda mitad del siglo XX, esta cerámica en realidad se había producido a lo largo de muchos siglos y no había estado necesariamente ligada a Chavín. En la selva del río Ucayali (Tutishcainyo), en Huánuco (Wayra Jirka), en otras zonas de la sierra y en la costa los ejemplos más antiguos tienen estas mismas características. Algunos de ellos fueron establecidos por Tello e incluidos en su complejo Chavín, pero los anteriores a la época de las litoesculturas y de los grandes templos de Chavín de Huántar, no. Estos últimos se conocieron gracias a investigaciones posteriores que se hicieron en muchos lugares de la costa, como Ancón y Guañape, o de la sierra, como Huánuco (Kotosh) y Cajamarca (Pandanche y Huacaloma). En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo Inferior. En cuanto a términos de espacio, el afinamiento de los estudios realizados en base a la cerámica ha permitido distinguir diferencias regionales y locales significativas y segregar áreas en las que es reconocible alguna o ninguna vinculación con Chavín. El primero en reconocer esto fue Rafael Larco Herrera, quien reclamó la necesidad de distinguir el estilo Cupisnique -la cerámica del valle de Chicama que Tello reconocía como "Chavín clásico"- del estilo Chavín. Las investigaciones posteriores fueron dándole la razón a Larco, restringiéndose de esta manera la esfera de influencia de Chavín a los territorios de Ancash, Huánuco y Lima. Por otro lado, en las regiones de Cajamarca, Lambayeque y Jequetepeque se desarrolló una cerámica similar en algunos aspectos a la de Cupisnique, mientras que en Ica se iba desarrollando la cerámica Paracas, emparentada de alguna manera con la de la sierra de Huancavelica y Ayacucho y la de Chavín. En Apurímac, Cusco y el lago Titicaca las evidencias dan cuenta de una cerámica con rasgos propios claramente diferenciados. De este modo, la cerámica ligada a las litoesculturas que definen el estilo Chavín quedó restringida a la región centro-norte del Perú y a un período de esplendor que puede fecharse entre los siglos X y IV a. C. Es a esa época, al siglo IX, a la que pertenecen las hermosas piezas encontradas en la Galería de las Ofrendas, donde las modalidades Dragoniana, Qotopukyo y Floral tuvieron tan magnífica presencia. Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería, donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas diferentes y que había distintos centros de producción que, además, cubrían un "mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.
CRONOLOGIA
Chavín es un asentamiento complejo, del que conocemos sólo una parte que se ha preservado debido a su monumentalidad. Hay evidencias que el centro ceremonial tenía como núcleo este sector monumental, pero que otras partes, hoy cubiertas o destruidas, se prolongaban por más de un kilómetro hacia el norte, donde está asentado el pueblo actual. El espacio ceremonial conocido, está formado por una serie de edificios de aspecto macizo, que son considerados templos por los arqueólogos, debido a la función religiosa que se les atribuye. Son una serie de plataformas con un fuerte talud en sus muros, lo que les da un perfil piramidal. Según sabemos, no fueron hechas de una sola vez, sino que el aspecto que hoy tienen es el resultado de una serie de progresivos agregados que se hicieron en las estructuras. Una de estas plataformas, bautizada por los pobladores locales como "el Castillo", es una pirámide mayor, que es el resultado final de las reconstrucciones a las que fue sometido un edificio -que es parte de él- y que se conoce como el Viejo Templo, cuya característica más notable es que tiene un pasaje interior donde se aloja un ídolo de piedra conocido como "el Lanzón". El Viejo Templo tiene una plaza circular en el atrio que le sirve de ingreso, al Este, en tanto que el Templo Nuevo, que se formó por los diversos agregados, tiene una plaza cuadrada en su frente oriental. Cada uno tuvo su entrada principal con un pórtico, del que sólo quedan algunos restos junto al Templo Nuevo y apenas unos vestigios en el Viejo. El pórtico del Templo Nuevo ha sido bautizado como Pórtico de las Falcónicas, por los grabados que hay en las piedras que aun están en su lugar y está precedido por un atrio y un conjunto de escalinatas que ascienden desde la plaza cuadrada, donde también había hermosas litoesculturas sirviendo como dinteles, columnas o lápidas con grabados de personajes del estilo Chavín. Los templos constituían el centro de la función ceremonial, con una serie de servicios anexos, tales como plataformas, plazas y terrazas, a distinto nivel, conectadas unas con otras mediante senderos y escalinatas. Casi todos estos edificios y anexos estaban costosa y cuidadosamente construidos, con piedras de diversos colores, llevadas desde distintos lugares de la tierra andina. Para fines litúrgicos y ornamentales, los edificios contaban, además, con una complicada parafernalia, formada por columnas, cornisas, dinteles, lápidas, obeliscos y esculturas que se agregaban a los muros o plazas, convirtiendo el espacio ceremonial en un hermoso escenario, adornado con las imágenes de los dioses y demonios que poblaban el panteón chavinense. No conocemos la condición de los edificios o servicios destinados a suplir las necesidades domésticas, que seguramente están debajo de las casas de la población actual, pero no nos llamaría la atención que fueran de condición igualmente elegante. Sabemos que la vajilla doméstica y otros recursos de consumo, no diferían de los que se usaban en los templos para fines rituales, con excepción quizá de algunas piezas selectas. Parece una buena hipótesis que los habitantes permanentes de Chavín fueron unos pocos sacerdotes y sus auxiliares de servicio, mientras que la mayor parte de sus usuarios eran una suerte de peregrinos que llegaban al lugar en busca de "oráculos", portando ofrendas de diverso tipo, quienes, desde luego, podían permanecer en el centro ceremonial por períodos largos.
Por el norte hasta los Andes Ecuatorianos y por el Sur llegaba hasta parte de los territorios de Bolivia, Chile y Argentina.
En el período conocido como formativo del mundo andino, se conoce a Chavín por la unificación cultural, producto y resultado de la difusión religiosa. Este se extendió por los actuales departamentos de Ica, Lima, Ancash, La Libertad, Piura, Cajamarca, Ayacucho y Huánuco. Su existencia data desde el año 1500 a. C. al 500 aC.
Su economía estuvo basada en la agricultura, apoyada por el intercambio y la domesticación de nuevas plantas; bajo este desarrollo de la tecnología agrícola, originó especialistas que predecían si hubiese buenas o malas cosechas, éste nuevo grupo de personas establecieron la división de clases sociales en dos grupos: los campesinos y los especialistas, el trabajo de estos últimos se manifestaba como fuerzas divinas donde ellos eran solo mediadores; por lo que vivían en los centros ceremoniales y dependían de los campesinos, esto se expresaba en él mantenimiento de los especialistas con el excedente productivo de los agricultores a manera de tributos u ofrendas.
Al mismo tiempo, el excedente productivo permitió intercambiar productos; ello se realizaba en lugares determinados dando lugar a zonas de integración donde se entremezclaban diferentes manifestaciones culturales, una de estas zonas debió de ser el templo de Chavín de Huántar; lugar donde se unían las rutas de la Costa, sierra y selva.
La religión en Chavín se habría influenciado por elementos selváticos manifestados en sus esculturas los cuales llaman la atención con sus muestras en la que se representan de seres sobrenaturales, que recogían rasgos felinos (jaguar y puma) y de diversas aves andinas como el águila, el cóndor y el halcón además, caimanes y serpientes etc. En cuanto a la arquitectura se difundió por todo el territorio, caracterizándose por las estructuras en forma de "U", plataformas, pirámides truncas, plazas rectangulares hundidas y pozos circulares.
La cerámica fue casi siempre monocroma, modelada pulida y decorada con incisiones, aplicaciones, líneas etc. La forma más común fue la vasija de cuerpo globular con asa estribo y gollete cilíndrico. Conocieron el oro, la plata, el cobre y posiblemente algunas aleaciones. Para fundir los metales debieron emplear hornos de arcilla y carbón vegetal; las técnicas empleadas fueron: la cera perdida, el labrado, el repujado y la incisión. Los objetos metálicos hallados actualmente son: herramientas, adornos corporales, objetos rituales y armas.
CERAMICA
En 1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra, oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que ésta se parecía a la que Max Uhle había hallado en Supe y en Ancón, atribuida a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle de Chicama, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las litoesculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra próxima al río Marañón: Chavín de Huántar. Luego de la década de 1920 comenzaron a aparecer evidencias de cerámica oscura e incisa en otros lugares de la costa y la sierra del Perú, que fue denominada erróneamente Chavín o chavinoide. Este hecho generó una gran confusión, pues, como se reveló durante la segunda mitad del siglo XX, esta cerámica en realidad se había producido a lo largo de muchos siglos y no había estado necesariamente ligada a Chavín. En la selva del río Ucayali (Tutishcainyo), en Huánuco (Wayra Jirka), en otras zonas de la sierra y en la costa los ejemplos más antiguos tienen estas mismas características. Algunos de ellos fueron establecidos por Tello e incluidos en su complejo Chavín, pero los anteriores a la época de las litoesculturas y de los grandes templos de Chavín de Huántar, no. Estos últimos se conocieron gracias a investigaciones posteriores que se hicieron en muchos lugares de la costa, como Ancón y Guañape, o de la sierra, como Huánuco (Kotosh) y Cajamarca (Pandanche y Huacaloma). En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo Inferior. En cuanto a términos de espacio, el afinamiento de los estudios realizados en base a la cerámica ha permitido distinguir diferencias regionales y locales significativas y segregar áreas en las que es reconocible alguna o ninguna vinculación con Chavín. El primero en reconocer esto fue Rafael Larco Herrera, quien reclamó la necesidad de distinguir el estilo Cupisnique -la cerámica del valle de Chicama que Tello reconocía como "Chavín clásico"- del estilo Chavín. Las investigaciones posteriores fueron dándole la razón a Larco, restringiéndose de esta manera la esfera de influencia de Chavín a los territorios de Ancash, Huánuco y Lima. Por otro lado, en las regiones de Cajamarca, Lambayeque y Jequetepeque se desarrolló una cerámica similar en algunos aspectos a la de Cupisnique, mientras que en Ica se iba desarrollando la cerámica Paracas, emparentada de alguna manera con la de la sierra de Huancavelica y Ayacucho y la de Chavín. En Apurímac, Cusco y el lago Titicaca las evidencias dan cuenta de una cerámica con rasgos propios claramente diferenciados. De este modo, la cerámica ligada a las litoesculturas que definen el estilo Chavín quedó restringida a la región centro-norte del Perú y a un período de esplendor que puede fecharse entre los siglos X y IV a. C. Es a esa época, al siglo IX, a la que pertenecen las hermosas piezas encontradas en la Galería de las Ofrendas, donde las modalidades Dragoniana, Qotopukyo y Floral tuvieron tan magnífica presencia. Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería, donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas diferentes y que había distintos centros de producción que, además, cubrían un "mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.
CRONOLOGIA
Chavín es un asentamiento complejo, del que conocemos sólo una parte que se ha preservado debido a su monumentalidad. Hay evidencias que el centro ceremonial tenía como núcleo este sector monumental, pero que otras partes, hoy cubiertas o destruidas, se prolongaban por más de un kilómetro hacia el norte, donde está asentado el pueblo actual. El espacio ceremonial conocido, está formado por una serie de edificios de aspecto macizo, que son considerados templos por los arqueólogos, debido a la función religiosa que se les atribuye. Son una serie de plataformas con un fuerte talud en sus muros, lo que les da un perfil piramidal. Según sabemos, no fueron hechas de una sola vez, sino que el aspecto que hoy tienen es el resultado de una serie de progresivos agregados que se hicieron en las estructuras. Una de estas plataformas, bautizada por los pobladores locales como "el Castillo", es una pirámide mayor, que es el resultado final de las reconstrucciones a las que fue sometido un edificio -que es parte de él- y que se conoce como el Viejo Templo, cuya característica más notable es que tiene un pasaje interior donde se aloja un ídolo de piedra conocido como "el Lanzón". El Viejo Templo tiene una plaza circular en el atrio que le sirve de ingreso, al Este, en tanto que el Templo Nuevo, que se formó por los diversos agregados, tiene una plaza cuadrada en su frente oriental. Cada uno tuvo su entrada principal con un pórtico, del que sólo quedan algunos restos junto al Templo Nuevo y apenas unos vestigios en el Viejo. El pórtico del Templo Nuevo ha sido bautizado como Pórtico de las Falcónicas, por los grabados que hay en las piedras que aun están en su lugar y está precedido por un atrio y un conjunto de escalinatas que ascienden desde la plaza cuadrada, donde también había hermosas litoesculturas sirviendo como dinteles, columnas o lápidas con grabados de personajes del estilo Chavín. Los templos constituían el centro de la función ceremonial, con una serie de servicios anexos, tales como plataformas, plazas y terrazas, a distinto nivel, conectadas unas con otras mediante senderos y escalinatas. Casi todos estos edificios y anexos estaban costosa y cuidadosamente construidos, con piedras de diversos colores, llevadas desde distintos lugares de la tierra andina. Para fines litúrgicos y ornamentales, los edificios contaban, además, con una complicada parafernalia, formada por columnas, cornisas, dinteles, lápidas, obeliscos y esculturas que se agregaban a los muros o plazas, convirtiendo el espacio ceremonial en un hermoso escenario, adornado con las imágenes de los dioses y demonios que poblaban el panteón chavinense. No conocemos la condición de los edificios o servicios destinados a suplir las necesidades domésticas, que seguramente están debajo de las casas de la población actual, pero no nos llamaría la atención que fueran de condición igualmente elegante. Sabemos que la vajilla doméstica y otros recursos de consumo, no diferían de los que se usaban en los templos para fines rituales, con excepción quizá de algunas piezas selectas. Parece una buena hipótesis que los habitantes permanentes de Chavín fueron unos pocos sacerdotes y sus auxiliares de servicio, mientras que la mayor parte de sus usuarios eran una suerte de peregrinos que llegaban al lugar en busca de "oráculos", portando ofrendas de diverso tipo, quienes, desde luego, podían permanecer en el centro ceremonial por períodos largos.
CULTURA CHIMU
En la costa norte, la Cultura Chimú 1,100 a 1,400 d.C. desarrolla una textilería muy influenciada por los diseños arquitectónicos y metalúrgicos. En muchas telas se aprecian aves geometrizadas similares a los grabados en los muros de la ciudadela de Chan Chan. En los tejidos Chimú a diferencia de otros, se puede apreciar en forma anecdótica descriptiva escenas humanas dentro de un marco arquitectónico. Los personajes predominantes son mostrados frontalmente con los brazos extendidos y sosteniendo báculos a veces sentados debajo de estructuras techadas o sobre plataformas escalonadas.
La temática Chimú trata con temas basados en flora y fauna costeña. Hay una amplia variedad de animales, especialmente felinos, serpientes, aves; igualmente hay temas geométricos y no figurativos.Un motivo frecuente en los tejidos
Chimú es el animal con apéndices cefálicos, cuerpo agazapado y cola crestada, el cual es representado de perfil o sentado. Se le conoce como "dragón" y también aparece en los relieves de las paredes en la ciudadela de Chan Chan. En cuanto a las técnicas trabajaron los tapices, gasas, telas pintadas, bordados, plumarios, y en el uso que le daban a sus tejidos encontramos desde lienzos de gran tamaño para decorar las paredes de sus palacios hasta prendas de vestir como faldas, camisas, turbantes, taparrabos, entre otros.
ARTE TEXTIL Y ECOLOGIA
El presente trabajo de investigación, denominado Arte Textil y Ecología, tiene como finalidad proporcionar un escenario amplio de los elementos iconográficos de flora y fauna plasmados en los textiles prehispánicos de la colección que posee el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.Los textiles prehispánicos fueron elaborados con técnicas muy creativas y sofisticadas, tanto por la finura de sus hilos, sus colores, la trama y urdimbre de sus tejidos, y los motivos en ellos representados. Casi todos los textiles estudiados recrean el mundo natural prehispánico y nos aproximan a sus riquezas naturales y a los usos que le dieron los antiguos peruanos.En esta investigación se identificaron 32 elementos de flora y 46 de fauna, pertenecientes a las Culturas Ancón, Chancay, Chimú, Inca, Nasca, Paracas, Tiahuanaco y Wari, que han dado como resultado 172 fichas técnicas, que contienen valiosa información.Por su parte, cada ficha técnica tiene datos precisos dispuestos de la siguiente manera: 1) reseña de la especie; 2) nombre científico y común; 3) número del registro textil donde se le ha encontrado; 4) descripción morfológica o botánica; 5) piso ecológico; 6) antecedentes históricos o arqueológicos; 7) cita de cronistas; 8) mito o leyenda y, 9) situación de la especie. Adicionalmente, las fichas de las plantas tintoreas tienen como componente especial el acápite ¿cómo teñir con plantas tintoreas?.Cabe aclarar que esta investigación no ha contemplado el análisis cromatográfico (colores) de los textiles, por ello no están identificados todos los colorantes, sin embargo, los tintes usados en el Perú prehispánico están en capítulos anexados al trabajo, así como la bibliografía consultada.El soporte fotográfico, magníficamente realizado, entra al detalle en los diferentes elementos ecológicos que han sido identificados.Para terminar, queremos agregar que muchas de las especies de flora y fauna representadas en los milenarios textiles, sobreviven hasta el día de hoy como parte de nuestra biodiversidad y tambien como Patrimonio Cultural y Natural del Perú.
La temática Chimú trata con temas basados en flora y fauna costeña. Hay una amplia variedad de animales, especialmente felinos, serpientes, aves; igualmente hay temas geométricos y no figurativos.Un motivo frecuente en los tejidos
Chimú es el animal con apéndices cefálicos, cuerpo agazapado y cola crestada, el cual es representado de perfil o sentado. Se le conoce como "dragón" y también aparece en los relieves de las paredes en la ciudadela de Chan Chan. En cuanto a las técnicas trabajaron los tapices, gasas, telas pintadas, bordados, plumarios, y en el uso que le daban a sus tejidos encontramos desde lienzos de gran tamaño para decorar las paredes de sus palacios hasta prendas de vestir como faldas, camisas, turbantes, taparrabos, entre otros.
ARTE TEXTIL Y ECOLOGIA
El presente trabajo de investigación, denominado Arte Textil y Ecología, tiene como finalidad proporcionar un escenario amplio de los elementos iconográficos de flora y fauna plasmados en los textiles prehispánicos de la colección que posee el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.Los textiles prehispánicos fueron elaborados con técnicas muy creativas y sofisticadas, tanto por la finura de sus hilos, sus colores, la trama y urdimbre de sus tejidos, y los motivos en ellos representados. Casi todos los textiles estudiados recrean el mundo natural prehispánico y nos aproximan a sus riquezas naturales y a los usos que le dieron los antiguos peruanos.En esta investigación se identificaron 32 elementos de flora y 46 de fauna, pertenecientes a las Culturas Ancón, Chancay, Chimú, Inca, Nasca, Paracas, Tiahuanaco y Wari, que han dado como resultado 172 fichas técnicas, que contienen valiosa información.Por su parte, cada ficha técnica tiene datos precisos dispuestos de la siguiente manera: 1) reseña de la especie; 2) nombre científico y común; 3) número del registro textil donde se le ha encontrado; 4) descripción morfológica o botánica; 5) piso ecológico; 6) antecedentes históricos o arqueológicos; 7) cita de cronistas; 8) mito o leyenda y, 9) situación de la especie. Adicionalmente, las fichas de las plantas tintoreas tienen como componente especial el acápite ¿cómo teñir con plantas tintoreas?.Cabe aclarar que esta investigación no ha contemplado el análisis cromatográfico (colores) de los textiles, por ello no están identificados todos los colorantes, sin embargo, los tintes usados en el Perú prehispánico están en capítulos anexados al trabajo, así como la bibliografía consultada.El soporte fotográfico, magníficamente realizado, entra al detalle en los diferentes elementos ecológicos que han sido identificados.Para terminar, queremos agregar que muchas de las especies de flora y fauna representadas en los milenarios textiles, sobreviven hasta el día de hoy como parte de nuestra biodiversidad y tambien como Patrimonio Cultural y Natural del Perú.
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